sábado, 9 de junio de 2012

La primera Stratocaster de Irlanda

Existe en Dublín una calle de cuya pared cuelga una réplica de una desgastada y roída Fender Stratocaster de 1961, es Rory Gallagher's corner y la guitarra que puede verse en el muro es una copia exacta del único amor de este extraordinario e injustamente olvidado artista.
En una ocasión le preguntaron a Hendrix, Jimi, ¿que siente el mejor guitarrista del mundo? Hendrix respondió: No lo sé, pregúntale a Rory Gallagher. 
Con otro carácter más excéntrico podría haber llegado al gran público y convertirse en un mito, como Clapton o Hendrix, pero decidió seguir por su camino, no publicar singles, no dejarse llevar por las modas pasajeras y profundizar en un rock cargado de raíces folk y blues. Una música que lo convirtió en referencia de artistas como The Edge (de U2) o Slash (de Guns and Roses).

Hablar de Rory Gallagher es hablar, además, de una guitarra que ya es un icono de la historia del rock and roll. La leyenda asegura que su Fender Stratocaster es la primera que llegó a Irlanda. El tipo que la encargó quería una roja y esta preciosa Strat Sunburst quedó en la tienda esperando al músico al que estaba predestinada. Rory la consiguió de segunda mano por un precio que entonces a su madre le pareció una fortuna, 100 libras, pero él la convenció argumentando que con ella podría tocar tanto la parte rítmica como la solista ganando así más dinero. Por entonces y con solo 15 años el joven músico tocaba en una de esas showbands que recorrían los salones de baile del país haciendo versiones de otros artistas para un público que solo quería una música de fondo que le ayudara a olvidar la fábrica, la mina y el desengaño cualquier sábado por la noche.
Gallagher y su Strato recorrieron juntos Irlanda e Inglaterra y quedaron para siempre unidos. Es muy raro que un guitarrista conserve y use el mismo instrumento durante toda su carrera, por ejemplo la mítica Lucille  de B.B, King han sido en realidad muchas guitarras del mismo modelo, la Gibson ES-335 de color negro, que por cierto también tiene una gran historia detras. Rory conservó su Strat durante toda su carrera, de ahí ese aspecto de ruina desgastada que sin embargo le otorga toda su personalidad, la de un instrumento que ha sido utilizado para aquello que fue concebido, hacer rock and roll. Aunque mucha gente puede pensar que la ausencia de pintura y barniz se deben al descuido, en realidad es consecuencia de un curioso fenómeno, Gallagher tenía un grupo sanguíneo muy raro y la acidez de su sudor actuaba como un decapante sobre su guitarra. Viendo sus directos se comprueba que el artista nunca escatimo una gota de esfuerzo frente a su público. La historia de la guitarra no termina aquí, durante una gira fue robada de la furgoneta del grupo. Parece ser que durante un par de semanas estuvo desaparecida e incluso un programa de televisión se hizo eco de la noticia. Finalmente la guitarra apareció abandonada, había estado bajo la lluvia y había sufrido algunos daños pero de manera increíble volvió a su dueño. De nuevo el destino los reunía. Rory juró que nunca la pintaría y que nunca se desharía de ella, y cumplió su promesa, su Fender Stratocaster le acompañó durante sus 30 años de carrera, tanto en sus grabaciones como en sus directos, en los cuales solo solía cambiarla por una Telecaster con afinación abierta o por sus acústicas.
Obsesionado por la música de artistas como Chuck Berry, Leadbeally, Woody Guthrie o Muddy Waters formó su primera banda, Taste, donde desarrolló su blues y su rock más eléctrico. Los legendarios conciertos de Taste inflamaban al auditorio pero Rory no estaba contento ni con el sonido de la banda ni con las condiciones en las que se realizaban las giras. Tras una recordada actuación en el Isle of Wright Festival en 1970 el grupo se disuelve y comienza su carrera en solitario.




Los años 70 presenciaron la explosión de un Gallagher que llegó a ser requerido por los Stones como guitarrista, esta vez no pactó con el diablo y prefirió seguir su camino en solitario a tocar a sueldo de dos egos (Jagger y Richards) con los que probablemente no hubiera tardado en entrar en conflicto. Comenzó a girar en solitario con su banda por Europa y los USA recorriendo así su particular Lonesome Highway  en la que podía sentirse a sus anchas combinando el rock and roll y el blues más eléctrico de Craddle Rock  con la sensibilidad folk y acústica de Out on the western plain, increíble arreglo de un tema de Leadbelly. Discos como Blueprint o Tatoo muestran a la perfección estas dos vertientes de un artista nacido para la carretera y que fue capaz de eclipsar a los mismísimos Aerosmith tras tocar como telonero para ellos. Parece que Gallagher se metió en el bolsillo a todo el público y despues de tres temas de Steve Tyler y los suyos todavía se oía corear el nombre de Rory en las gradas.

Los 80 no fueron sus mejores años, la llegada del punk y el techno relegó a los artistas que hacían una música respetuosa con las raíces del rock. Aunque Rory seguía girando, sus problemas con el alcohol y los calmantes que necesitaba para superar su miedo a volar deterioraron gravemente su salud, el 14 de junio de 1995 falleció por las complicaciones tras un transplante de hígado. Quizá el final de los 90 y la década siguiente hubieran colocado a Gallagher en el lugar que merecía en la historia del rock and roll o quizá como él mismo dijo en una de sus canciones había nacido en un tiempo equivocado.

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